Los rellenos faciales los utilizamos para mejorar todo tipo de depresiones cutáneas, fundamentalmente arrugas, surcos y cicatrices.
También permiten el aumento o la remodelación de ciertas zonas faciales (pómulos, mentón, labios, nariz, etc.).
Existen tres tipos de relleno: tejido propio, material reabsorbible y material permanente. Cuando se trata de tejido propio suele ser grasa obtenida del abdomen o caderas que se procesa y se implanta como injerto. Las sustancias reabsorbibles suelen estar compuestas por colágeno o ácido hialurónico de origen animal o no animal, este con menor riesgo de reacción alérgica.
Las sustancias permanentes no las utilizamos en nuestro centro por su demostrada producción de complicaciones.
El material elegido se implanta en el lecho de la arruga, surco o depresión que se desea rellenar; o conformando el diseño previo de la zona que se desea remodelar.
Cada material tiene una técnica específica de utilización, que incluye la manera de ser implantado, la cantidad, la profundidad, la manipulación posterior, etc.
Es habitual la combinación de varios implantes para tratar un único problema y ello porque ningún implante puede corregir simultáneamente todos los niveles de afectación de los tejidos que conforman una arruga o depresión.